“Basta una chispa para el estallido social en Venezuela”
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“Ha escrito la mejor obra sobre la destrucción de los libros”. La cita de Noam Chomsky, lingüista, filósofo y activista estadounidense, sobre Fernando Báez es una de las cartas de presentación del conferencistay escritor venezolano, miembro del Centro Internacional de Estudios Árabes y colaborador de revistas y periódicos de 32 países.
Báez formó parte, brevemente, del Ministerio de Cultura en Venezuela a finales de la década pasada. Su posición, siempre vertical y basada en la ética, le impidió lograr cambios para impulsar la lectura y la conformación de una red nacional de bibliotecas en Venezuela. Desde El Cairo, Egipto, donde reside, le ofrece su visión a La Verdad de las más recientes rebeliones en el planeta.
En su cuenta de twitter @baezfer escribió: “¿Vendrá una rebelión en Venezuela? Un estallido social puede ser espontáneo o inducido por la rabia reprimida de hace años, basta una chispa”.
- Ha estado muy activo por las redes sociales. Habla de una rebelión global inminente en el marco de las protestas en Brasil y el derrocamiento de Mursi en Egipto. ¿Cuál es su lectura del caso venezolano?
- Esta sublevación está expuesta en mi libro En defensa de la rebelión, editado en 2013. Es cierto que mantengo un activismo constante en las redes sociales y en la calle. He apoyado todos los movimientos desde el 15-M, en España, con los indignados, la plaza Tahrir, la primavera árabe. Mi nombre está entre los escritores que se sumaron al movimiento de Occupy (occupywriters.com) que se extendió por EEUU. También he apoyado las protestas en Suecia, Islandia, Brasil, Turquía, Rusia, China y Baréin. Podría decirse que un escritor que no asume un compromiso pierde la oportunidad de ejercer una ciudadanía óptima y sin pensamiento crítico un intelectual se condena a ser un repetidor de consignas. Mi lectura del caso venezolano es una relectura: o se toman decisiones de apertura o estalla una situación social y militar con consecuencias imprevisibles.
- Desabastecimiento, inflación, desempleo, corrupción… Estas fueron las razones de la caída de Mursi. ¿El caso venezolano es distinto?
- Todos estos elementos están presentes en toda la economía del mundo en este momento, con el euro al borde de la desaparición y EEUU en su peor momento fiscal. Ya que me pregunta por Egipto, le comento que las protestas de la plaza Tahrir contra los 40 años de gobierno de Hosni Mubarak concluyeron en un proceso de elecciones liderado por los Hermanos Musulmanes, que hacen vida en distintos países del Medio Oriente. Mursi, formado en EEUU, llegó al poder por una coyuntura muy compleja, donde el islamismo que había sobrevivido en la clandestinidad reapareció con fuerza. Hay un conflicto religioso entre islam, laicismo y cristianismo copto, una potencial guerra civil. Pero el discurso religioso e ideológico no sirvió para esconder que desde hace meses los alimentos desaparecieron de los anaqueles, el pan se encareció, el turismo mermó, no hubo acciones efectivas para juzgar a los responsables de la corrupción de la época de Mubarak y los que se instalaron en el poder eran igual de corruptos. A los medios de comunicaciones se les amenazó, comenzó la autocensura y esto fue el detonante de la protesta que movilizó el grupo Tamarud (en árabe se traduce como rebelión) y al Ejército; al observar que la protesta aumentaba y era ingobernable el país, decidieron intervenir.
- Usted destaca el poder de las redes sociales en la rebelión global, pero en Venezuela, la protesta de calle legítima, según la Constitución, pierde adeptos, mientras que en Twitter las voces críticas se suman. ¿No es un retroceso? ¿Es capaz Twitter de cambiar gobiernos de golpe?
- Los periódicos y los libros están migrando a la plataforma digital, eso ya no lo impide nadie. El indicador de estadísticas apunta a que en 2013 hay dos mil 505 millones de usuarios de Internet, sin contar el total de usuarios de celulares. Esto indica que la migración del activismo no es un signo de derrota, sino de inteligencia, de astucia. En un estudio reciente, se comprendió que lo que se toma por pasividad de los ciudadanos acelera la explosión social, dado que se van cargando de contenidos doctrinarios y formativos. Por eso la rebelión es global y no local y el éxito de una rebelión está hoy muy ligado a conexiones distintas a las que existían hace 20 años. Sobre el efecto de Twitter, recordemos que es solo una red social donde se interactúa, pero amplifica mensajes, adoctrina, confunde al adversario. En Turquía, el presidente Erdoğan confesó que no podía creer el poder de las redes en las protestas y ordenó hacer leyes para regularlas. Esas leyes son estupendas porque van a generar más protestas, y al final el Gobierno perderá poder social. Es un búmeran tecnológico para sus creadores y para quienes intentan aplicar la censura.
- Usted es un manifiesto antiimperialista y quiso participar activamente en el proceso revolucionario de Hugo Chávez, supuestamente antiimperialista, y altos funcionarios radicales le hicieron la vida imposible. Lo llaman desde traidor hasta mitómano. ¿Cuál es su concepto de la revolución del siglo XXI?
- Soy un nómada, no un funcionario de oficio. Tengo la suerte de que quienes me atacaron aprendieron que soy un enemigo silencioso y letal que se mueve en muchos escenarios. Mi mayor honor ha sido ser calumniado por gente despreciable y sectaria. Traidor y mitómano es lo más amable que me han dicho, pero ese izquierdómetro impulsado por personajillos dudosos no va a borrar mis libros en 17 idiomas ni me va a distraer de seguir defendiendo una causa y expandiendo la literatura venezolana donde pueda. ¿Revolución en el siglo XXI? Creo que habrá revolución verdadera cuando la solidaridad, la equidad, el equilibrio, la justa distribución de los recursos, la transparencia, la memoria y la justicia predominen por encima de las pasiones de grupos o corrientes con intereses sectarios. Hay que combatir las oligarquías de izquierda o derecha.
- Nicolás Maduro lleva cuatro meses en el poder tras unas elecciones cuestionadas por la oposición y organizaciones internacionales. ¿Ha seguido de cerca su gobierno? ¿Cuál es su balance en este breve periodo de mandato?
- Lo que voy a decir es peligroso, pero necesario. Creo que el estoicismo involuntario de los venezolanos es un espejismo, creo que el gobierno de Maduro no requiere de adulantes, sino de críticos objetivos que le hagan conocer, con datos exactos, la magnitud de la crisis que vive Venezuela y que puede producir un colapso económico postergable, pero inevitable. La deuda es insostenible y las medidas que deben ser tomadas para corregir el rumbo son un serio problema a asumir sin ningún temor. Se suman muchos aspectos negativos y como escritor independiente tengo el derecho y el deber de alertar sobre la necesidad de una gran rectificación donde se incluya a todos los venezolanos, sin creer que repensar una decisión significa un retroceso. Pero sucederá lo que tenga que pasar.
- Elías Jaua se reunió con John Kerry. Se habla de una reconducción de las relaciones binacionales. ¿Eso no contradice posiciones como la del caso de Edward Snowden, donde Maduro quiso ser protagonista viajando a Rusia?
- El caso de Edward Snowden es tan importante que EEUU podría negociar cualquier cosa por evitar su asilo. No se trata de Julian Assange, un perseguido político; no se trata de Bradley Manning, detenido y torturado por revelar datos sobre delitos de lesa humanidad en Irak o Afganistán, esto es algo más gordo y grueso. Para quien no lo sabe, Snowden tiene los secretos del actual programa de la Agencia de Seguridad Nacional, con los códigos sobre cómo están siendo vigiladas las redes sociales para evitar una rebelión general en Europa y en el mundo. El problema político venezolano no debe ofuscar a los ciudadanos en comprender que si Maduro concede el asilo a Snowden se activaría el sistema que puso en vigencia la Otán al no permitir el vuelo del líder boliviano Evo Morales. Y John Kerry tiene instrucciones para negociar con Venezuela ante este imprevisto que ha coincidido con el inicio de las reuniones entre funcionarios del Gobierno estadounidense y venezolano. EEUU está preparándose para una ciberguerra con China y Rusia y el desastre que puede ocurrir con lo que diga Snowden es tan grande que hay desesperación. Los contratistas del Pentágono saben que si ese muchacho cuenta lo que tiene, no hay modo de evitar la renuncia de Obama.
- ¿La muerte de Hugo Chávez desnuda la falta de piso político de gobiernos de izquierda en América y el mundo?
- Más que piso, se perdió techo político. Pero hubo, hay y habrá izquierda. Hubo, hay y habrá derecha y posiciones moderadas, porque está en la naturaleza humana esta polarización o neutralidad sobre los asuntos del Estado y el rol de la iniciativa privada. Yo aclaro que soy de una izquierda utópica, no marxista, rebelde por vocación, con compromiso social y libertario. No sigo a personas, sino a proyectos en la medida que coinciden con la búsqueda de la diversidad cultural y la lucha contra el monopolio de una potencia (se llame EEUU, China o Rusia). Cuando hay la vinculación, acepto participar temporalmente y me entusiasmo, pero seguir sin apego a un dogma de un Estado es mi ideal de vida. Así de sencillo.
- ¿En qué acertó y en qué falló, a su juicio, Hugo Chávez Frías?
- Muerto Chávez, su legado es complejo y es temprano para juzgarlo. En lo personal, me quedo con su fomento de la autonomía del país, sus misiones sociales, su programa tardío de vivienda, su proyecto de alfabetización, su vinculación con un mundo multipolar, su estímulo a recuperar la autoestima de los sectores populares frente a la exclusión, su cambio en los paradigmas militares de formación, su antiimperialismo, su apoyo al deporte. De sus errores, creo que sobrevaloró, como toda personalidad fuerte, su permanencia y olvidó que todos somos efímeros; permitió que se conformaran castas de poder similares a las del pasado, no aceptó la autocrítica, humilló sin razón a seres que le habían sido útiles en su avance político, se aferró a un concepto de un socialismo contradictorio que derivó en persistir en la dependencia de la renta petrolera, no fue sincero sobre la gravedad de su horrorosa enfermedad, en fin…
Ficha técnica
Fernando Báez es una autoridad mundial en el campo del patrimonio cultural y tráfico ilícito de bienes culturales. Integró el equipo de la Organización de las Naciones Unidas que investigó la destrucción de las bibliotecas y museos en Irak, lo que le valió elogios y la declaración de persona non grata del gobierno de George W. Bush. Entre sus libros destacan La hoguera de los intelectuales, La destrucción cultural de Iraq, El saqueo cultural de América Latina y más recientemente Las maravillas perdidas del mundo.
(Fuente: LaVerdad.com)